RIFAAQAT

¿A qué huele?

La pimienta negra estalla como un desafío, su fuego domesticado por el azafrán que tiñe el aire de oro líquido. La vainilla no llega como dulzura, sino como el susurro final de un cedro que ha visto demasiado.

Huele a bazar oriental al caer la noche: especias que negocian con la seda, monedas de ámbar cambiando de manos.

No es perfume. Es un trato que no podrás rechazar.

Fuego, Lujo, Obsesión.